Aunque no siempre me lo preguntan, a mis nuevos clientes les gusta tener una idea previa de cómo va a desarrollarse nuestra “actuación” en el estudio. Cada sesión será única y adaptada sobre la marcha, sin perder nunca el norte de generar un ambiente idóneo para capturar las imágenes que transmitan la mejor versión del modelo y que satisfaga sus expectativas. El esquema inicial, a grandes rasgos, es el siguiente:
0. Previos
Por supuesto, antes de que comience la sesión, me aseguro de que el entorno esté listo. Esto incluye verificar la iluminación, configurar el equipo y preparar cualquier fondo o accesorio que vayamos a utilizar.
1. Toma de contacto (5 minutos)
Conversando en directo con el cliente terminaremos de concretar sus necesidades y expectativas a las que daremos respuesta con la sesión. Este es un momento crucial para romper el hielo y establecer un entendimiento que permita un óptimo equilibrio entre lo que el cliente trae en mente y mi labor de dirección como asesor y facilitador de las mejores tomas.
2. “Calentamiento” (10 minutos)
Empezamos con algunas fotos de prueba para que el cliente se sienta cómodo y lo más natural frente a la cámara. Podremos comenzar con algo de libre expresión por parte de la modelo o el modelo o, según su preferencia, ya voy dando algunas indicaciones simples buscando variabilidad en la pose y la expresión para conseguir los primeros retratos. Estas fotos iniciales también me permiten ajustar la iluminación y la configuración de la cámara según sea necesario.
3. Desarrollo de la sesión (30 minutos)
Aquí es donde ocurre la magia. Durante esta parte principal de la sesión, experimentamos con diferentes poses, expresiones y ángulos. Podemos cambiar el fondo o la iluminación. Mantendremos un ambiente relajado y positivo, ofreciendo retroalimentación constante y sugerencias para que el cliente se sienta seguro y el posado resulte lo más espontáneo y natural.
[Se cambiará el estilismo cuando proceda (5 minutos)]
4. Revisión y ajustes finales (5 minutos)
Al final de la sesión, hacemos una breve revisión de algunas de las fotos para asegurarnos de que hemos capturado las imágenes deseadas. Si es necesario, hacemos ajustes rápidos y tomamos algunas fotos adicionales. Este es también un buen momento para preguntar al cliente si tiene alguna pose o idea específica que aún no hayamos probado. Nunca escatimo en dedicación, y no pararemos hasta que el cliente se guste.
5. Despedida y próximos pasos (5 minutos)
Concluimos la sesión con una conversación rápida sobre los próximos pasos. Explico el proceso de edición y el tiempo estimado y procedimiento para la entrega de las fotografías finales. Agradezco al cliente por su tiempo y colaboración, y nos despedimos con entusiasmo por el resultado final.
Conclusión
Cada sesión de retrato es una oportunidad para capturar la esencia única de una persona. Con una buena preparación, comunicación constante y un ambiente relajado, una sesión de una hora puede producir retratos extraordinarios que cuentan una historia, y van a llegar a nuestra gente y/o impactar en los seleccionadores.
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